PROTECCIÓN AL FUEGO
El número de víctimas por incendio en nuestro país experimenta ligeras variaciones a lo largo de los años. Aunque el mayor número de estas víctimas se produce en viviendas, ningún edificio está libre de sufrir un incendio en su interior, o bien de verse afectado por un fuego proveniente del exterior.
La lana de roca disminuye el riesgo de que se produzca un incendio ya que no aporta ninguna carga combustible. Al ser un material incombustible (A1), limita la posibilidad de que un fuego que se ha producido en un edificio se desarrolle y crezca, ya que no contribuye de ninguna manera a la propagación del humo, claror y llamas en su interior. De la misma manera, esta cualidad evita que el fuego se extienda a través de la fachadas, a otros edificios cercanos o a otros recintos del su interior, a través de las los huecos de fachada.
Los edificios y la seguridad contra incendios siguen copando titulares en todo el mundo. Y después de cada titular y con una regularidad deprimente, vuelven a surgir las mismas preguntas. ¿Por qué existía riesgo? ¿Se realizaron ensayos de resistencia al fuego suficientes? ¿Hubo un fallo humano? Y, ¿qué podemos hacer para que no vuelva a ocurrir?
Las lecciones aprendidas de las experiencias anteriores nos animan a considerar el riesgo de incendio en las primeras fases del diseño del edificio. El uso de materiales incombustibles rebaja las posibilidades de que se produzca un incendio y previene su extensión en caso de que se produzca, reduciendo el riesgo de incendio al mínimo.
Tomemos como ejemplo la cuestión de la destreza. ¿Qué garantiza que un proyecto no se ponga en peligro por una instalación descuidada o por una falta de experiencia que termine provocando un incendio?
¿Y qué ocurre con el trabajo que se realiza tras la conclusión del edificio? Las fachadas no se dejan tal cual, sino que se alteran continuamente y la chispa de un sencillo taladro podría ocasionar un problema grave.
Después nos encontramos con la cuestión de los ensayos. Recientemente han surgido preguntas acerca de cómo pueden los ensayos de laboratorio reflejar fielmente la seguridad de los materiales en situaciones reales, en las que la instalación no siempre la lleva a cabo un experto.
Ya existen problemas de seguridad suficientes en torno al diseño de los edificios contemporáneos sin necesidad de añadir riesgos de incendio adicionales. Construcciones más altas, materiales más ligeros y baratos, más instalaciones subterráneas y espacios internos más anchos han contribuido a incrementar la velocidad con la que una llama o el humo viajan a través de un edificio en comparación con las construcciones tradicionales de hace años. La seguridad contra el fuego debe incorporarse al diseño del edificio desde el principio.
KNAUF INSULATION
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